Niños de Nigeria recibiendo la
vacuna contra la polio (Unicef)
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Los
esfuerzos sanitarios para controlar la pandemia por el Covid-19
realizados tanto en los países ricos como en los más
pobres, están provocando un preocupante repunte de
determinadas enfermedades en éstos últimos.
Por una
parte, casi todos los programas orientados a controlar determinadas
enfermedades endémicas se han visto seriamente comprometidos.
Así, por ejemplo, y según datos del Fondo Mundial,
durante los primeros meses de la pandemia el 85% de los programas
de lucha contra el VIH se habían interrumpido así
como el 78% de los proyectos frente a la tuberculosis o el
73% en el caso de la malaria, tres enfermedades que matan
cada año a millones de personas en los países
pobres. De hecho, un estudio publicado por The Lancet el pasado
mes de julio calculaba que las muertes por estas tres enfermedades
aumentarán en un 10%, 20% y 36% respectivamente en
los próximos cinco años.
Por otra
parte, casi todos los programas de vacunación infantil
se han visto seriamente alterados, lo que amenaza con revertir
los avances obtenidos durante los últimos años
en la lucha contra las enfermedades prevenibles mediante una
vacuna. Las razones de ello han sido diversas: la falta de
personal sanitario para vacunar por haber sido destinado a
la lucha contra el Covid-19, la suspensión de los vuelos
que transportaban los suministros de vacunas así como
las reticencias de algunos padres a inmunizar a sus hijos
frente a enfermedades como el sarampión amparados en
la falsa creencia de
que en realidad los niños iban a ser utilizados como
conejillos de indias para testar una vacuna frente al coronavirus,
Centrándonos
en el sarampión, a principios del verano un total de
29 países habían suspendido sus campañas
de vacunación, en 18 de los cuales se han producido
brotes de la enfermedad. Sirva de ejemplo la República
Democrática del Congo donde, tras suspenderse las campañas
de inmunización, se han registrado desde el mes de
enero más de 60.000 casos de la enfermedad y 800 fallecimientos.
Y no es el único país afectado ya que otros
muchos entre los que se encuentran Bangladés, Brasil,
Camboya, Nepal o Nigeria han reportado también nuevos
brotes de sarampión.

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